Esto no es futbol

Abro esta entrada no para hablar de deportes, y como una excepción, explicar una agresión producida en un terreno de juego de fútbol por el futbolista del Real Madrid, el portugués Pepe. El defensa madridista hizo una supuesta falta dentro del área al jugador del Getafe, Casquero, acto seguido al oir el pitido del árbitro señalando la fatídica pena máxima se lía a patadas con el jugador azulón todavía tendido en suelo, y finalmente acaba propinándole un puñetazo a otro compañero del equipo rival, ¿por culpa de los nervios se volvió loco porque le pitaron penalty?

El jugador se expone ahora a una dura sanción por parte del comité deportivo y podría perderse lo que resta de temporada y parte de la siguiente.

A continuación, el video de la agresión. Lamentable.

Castillejo, el adiós a un mito del deporte

Se espera que Javier Bardem o Miguel Ángel Silvestre, 'El Duque', estén en la grada. Lógico, porque el acontecimiento es de marca mayor: Javier Castillejo, el mejor boxeador español de todos los tiempos y uno de nuestros mejores deportistas de toda la historia, regresa a casa para acabar con su gloriosa carrera, con 41 años y siete mundiales en la mochila, con el estigma de ser, quizá, el gran deportista español al que peor se le ha tratado.

'El Lince de Parla' pelea en La Cubierta de Leganés, la que, según su preparador Ricardo Sánchez Atocha, “es su casa”. Lo hará ante Pablo Navascués, inactivo desde 2007, otro de los grandes del boxeo español de los últimos años, aunque a una distancia sideral de Castillejo. ¿El último combate del héroe? Él dice que no, Sánchez Atocha no lo tiene claro: “Él no quiere decir que sea el último, porque no se imagina la vida sin boxear. Es lo que ha hecho toda la vida”, señala. “En cualquier caso, este combate es un homenaje a Javi”.

Una velada histórica

Hace más de tres años que Javier Castillejo no pelea en España. El escaso interés por promocionar las grandes veladas de boxeo en nuestro país le ha obligado a vivir 'exiliado' los últimos momentos de su carrera. Por eso, La Cubierta estará a reventar de gente para verlo, quién sabe si por última vez, encima de un ring.



Javier Castillejo posa con el cartel de su próxima pelean en La Cubierta de Leganés

Castillejo, el ejemplo

“No tenía tantas cualidades como otros boxeadores que he tenido. Pero se lo ha ganado todo: siempre a tope, siempre constante, siempre en el peso. Ni un día ha dejado de estar en forma. En eso es el mejor, no ha habido otro”, dice Sánchez Atocha, a quien en su poco expresivo tono de voz le chorrea el orgullo por su pupilo.

Y es que, como dice Atocha, lo normal es que Javi llevase ocho años en su casa. “Cuando perdió con De la Hoya [en 2001, en Las Vegas, a los puntos por el título mundial del peso medio] ya era mayorcito y tenía mucho dinero. Otro lo habría dejado, pero Javi no. Es un ejemplo para todos los deportistas”, dice.

En aquella velada del MGM Grand de Las Vegas estaba Javier Bardem, recién nominado al Oscar al mejor actor secundario por 'Antes que anochezca', con su bandera de España en la grada, gritando enloquecido. Y seguro que, si está en su mano, se emocionará la noche del sábado viendo, quizá, retirarse a su amigo, la leyenda.

Verdasco sirve la Ensaladera

Verdasco sella el tercer título de Copa Davis para España



Un día más Fernando Verdasco se sobrepuso a la presión y a un destino que parecía sombrío para derrotar a José Acasuso en el cuarto partido y sellar el triunfo de España sobre Argentina por 3-1 en la final de la Copa Davis disputada en Mar del Plata.

Con drama en la pista donde ambos jugadores estuvieron atenazados, con sufrimiento en el piso donde Acasuso acabó con problemas abdominales, España sumó su tercer título en esta competición al vencer Verdasco por 6-3, 6-7 (3), 4-6, 6-3 y 6-1 en tres horas y 56 minutos.

Sin Rafael Nadal en el equipo, rompiendo los pronósticos que daban a Argentina como favorita después de 13 eliminatorias invicta en casa y diez años de ser grande, España se hizo con el tercer título después de los logrados en 2000 contra Australia en Barcelona y en 2004 en Sevilla contra Estados Unidos.

Desde que Croacia ganó el título en 2005 en Bratislava a Eslovaquia por 3-2, nadie había osado vencer como visitante. España lo ha logrado con una formación nueva en la que Feliciano López es el único superviviente del equipo que disputó y perdió la ensaladera contra Australia en la final de Melbourne en 2003.

El zurdo madrileño Fernando Verdasco, 16 del mundo, fue el elegido por Emilio Sánchez para sustituir a David Ferrer en un partido de vital trascendencia. Y a pesar de sus nervios, de jugar prácticamente agarrotado dos sets y medio, supo templar sus emociones, abstraerse de la atmósfera ambiental y sacar adelante el partido más complicado de su vida.

Los casi 9.500 aficionados argentinos recibieron a Verdasco con tambores de guerra. Tronando más que en los días anteriores, dejándose las gargantas en un grito común a favor del jugador de Misiones, y de su amada Argentina. Era la última esperanza para llegar al quinto encuentro y forzar un milagro que parecía lejano desde que los españoles ganaron el doble el sábado.

"Chucho, ponla huevos, ponla huevos", le gritaron a su jugador, un tenista que esta temporada solo ha ganado dos partidos en pista cubierta, a su compatriota Guillermo Cañas en Metz (Francia) y al alemán Matthias Bachinger, y que tenía la responsabilidad de alargar el sueño argentino hasta el límite y dar la posibilidad a David Nalbandian de cerrar la contienda contra Feliciano López.

Verdasco sufrió lo suyo porque a él también le pesó en exceso la obligación de resolver y además volvió a tener al público en su contra. "Ivanovic te engaña", le gritaron al referirse a su actual novia, la jugadora serbia. Y al final, tras concretar el tercer punto de partido, con una soberbia derecha que pilló desarmado a su rival, cayó al suelo, y todo el equipo español se lanzó a abrazarle con pasión.

"Sin duda es la victoria más importante de mi vida, ganar la Copa Davis es como ganar un Grand Slam para mi, aquí están los mejores jugadores y es un sueño hecho realidad, un sueño desde niño y que pocos tienen la posibilidad de ganarla y pocos la aprovechan", dijo sobre la pista.

"He visto por momentos a "Chucho" jugando muy bien y me ha hecho dudar mucho de mi victoria, pero en Copa Davis siempre luchas hasta la muerte y te queda la esperanza. Esta fuerza mental me ha hecho volver a un partido como hoy", añadió.

Verdasco había jugado con molestias en la muñeca izquierda y con los dedos de los pies vendados. "Emilio ha confiado en mi y todo lo que tenía no era suficiente para perderme este partido", señaló.

Luego el madrileño, con lágrimas y voz entrecortada, tuvo un recuerdo para los jugadores españoles ausentes de esta final, pero que han contribuido también a todo esto. "Gracias a Rafa estamos también en la final. Les mando un saludo también a él, a Tommy (Robredo) y Nico (Almagro) que son parte de todo esto", dijo.

Hubo que esperar mucho para que esta expresión de júbilo se materializase, sobre todo por que Verdasco jugó atenazado, sin semblante, incluso asustado durante gran parte del partido. Su servicio era una ayuda para Acasuso, con quien había perdido en su único enfrentamiento previo, en Hamburgo en 2005. Cometió además nueve dobles faltas, producto de una tensión casi dramática.

Acasuso forzó al máximo, luchó hasta el límite de sus fuerzas y controló un pésimo partido, lleno de errores, impropio de ser el decisivo de la final de la Copa Davis hasta el tercer set. En el cuarto, cedió su saque en el sexto juego (4-2) y ahí comenzaron sus problemas. De nada sirvieron los ánimos de Nalbandian, Calleri, y Del Potro desde el banquillo. El de Misiones, jugaba ya con sus últimas energías.

Para colmo, los abdominales superiores le jugaron una mala pasada, y al final del cuarto set recibió tratamiento en pista. Era un signo lógico después de tanto esfuerzo y tanta tensión. Verdasco comprendió entonces que ya el partido era suyo, rompió en el primero y tercer juegos, y en el séptimo, con el argentino destrozado ya, y el banquillo español en pie, saboreando el gran triunfo.

Hamilton se proclama campeón de Fórmula 1

Como en la extraordinaria película de Woody Allen Match Point, el anillo rebotó en la barandilla o la pelota de tenis en la red, voló hacia arriba girando sobre sí misma y por un capricho del destino cayó del lado de Lewis Hamilton, cambiando la historia para siempre. Sólo eso decidió el campeonato, uno de los más plagados de errores de la historia para los protagonistas, pero también cuajado de una emoción que agranda este espectáculo inigualable.



Tras disputarse 5.488 kilómetros en esta temporada de 2008, a falta de 850 metros el campeón era Felipe Massa y al cruzar la línea de meta, Lewis Hamilton devolvía a Inglaterra el cetro mundial 12 años (Damon Hill) después y a McLaren tras nueve certámenes de sinsabores. Y es curioso que fue precisamente McLaren quien más hizo por arrebatarle la corona a su piloto, perdido en las decisión táctica más importante del día y corriendo con un conservadurismo rayano en la afección intestinal.

La lluvia, en forma de tormenta amazónica, arreció cuatro minutos antes de la salida, por lo que se retrasó la secuencia prevista 10 minutos para que todos pudieran montar gomas intermedias de mojado. Así se dio el inicio, con varias zonas encharcadas y un accidente inicial con Piquet y Coulthard como involucrados que reclamó la presencia del incierto safety car. El agua desapareció de inmediato y la pista comenzó a secarse, los más osados fueron Button y Rosberg al entrar en la vuelta 7 a boxes para poner neumáticos de seco y arriesgar en el firme aún deslizante. Vettel y Alonso fueron detrás en la 8 y esa rapidez de reacción y un doble adelantamiento escalofriante a Kovalainen (lo tiene frito) le hicieron saltar del sexto al tercer puesto de un plumazo.

A pesar de McLaren

En McLaren, sin embargo, esperaron acontecimientos e hicieron entrar primero al segundo piloto cuando también lo hizo Massa, el líder de carrera. Hamilton no entró hasta la 11, lo que propició que Fernando y Vettel lo pasaran y lo dejaran cabalgando en el barranco del quinto y el sexto puesto. Esa era el límite para Lewis y en sólo 11 vueltas le invitaron a mirar hacia el vacío.

La lluvia se paró y la carrera se estabilizó. Massa, con otro fin de semana perfecto, era inalcanzable para nadie y Vettel y Alonso se disputaban el segundo puesto, mientras que Kimi marchaba tranquilo por delante de un Hamilton que pilotaba a amarrar el quinto. Las vueltas se sucedieron y lo único que alteró el orden de la prueba fue un error grave de Toro Rosso que varió a tres paradas a Vettel, mientras que el resto readaptó las dos iniciales estirando los dos últimos tercios de la prueba. Eso le dio el segundo a Alonso.

Todo parecía decidido, pero a falta de seis vueltas para el final llegó de nuevo la lluvia, Entraron todos al unísono, para cambiar de nuevo a las gomas con dibujo, todos salvo el Toyota de Timo Glock, que se colocó cuarto. Era un dardo envenenado hacia Hamilton, que regresó quinto con Vettel pisándole los talones en su hábitat natural, el agua. Allí se le hizo de noche a Lewis, incapaz de mantener el coche en trayectoria, evidentemente nervioso y sufriendo en lo que parecía el pánico inevitable. La lluvia era escasa, pero Vettel le dio caza y le adelantó de forma majestuosa en la vuelta 69. Faltaban sólo dos y la nueva tragedia de Hamilton era un hecho.

Golpe de fortuna

Allí llegó el nuevo golpe de fortuna, de un chico al que un toque con la valla le hace ganar una carrera (como en Mónaco) y sobrevive a un pilotaje nefasto con una carambola como la de ayer. Justo en la última vuelta, la tormenta arreció de nuevo y Glock, cuarto, no podía casi mantener el coche en la pista con las gomas de seco. Enfrascado en la persecución agónica sobre Vettel, casi no se dio cuenta de que ambos pasaban a lo que parecía un doblado.

Pero no, era el alemán de Toyota que a falta de 850 metros cedía su puesto y era sobrepasado por Sebastián y Lewis. Ferrari cantaba el título en su box hasta que se dieron cuenta de la fatalidad. El campeón era Hamilton por un solo punto, en el título más barato del último lustro, ganando menos carreras que Massa y siendo el único que no sufrió ni un contratiempo mecánico por varios de todos sus rivales. Que lo disfrute, pero que no olvide que Alonso ya lo espera para 2009. Interlagos.

MotoGP, Jorge Lorenzo toca la gloria

En la tercera carrera, el mallorquín consiguió su 1er triunfo en la categoría reina
A la tercera va la vencida. Una frase que le sonará a gloria a Jorge Lorenzo. Porque el mallorquín, de 20 años, debutante en MotoGP en este 2008, hizo factible lo que parecía un imposible: ganar su primera carrera en la categoría reina en su tercer Gran Premio a bordo de la 800cc. Y además, lo hizo a lo grande, con el 'modus operandi' que seguía en 250cc: atacar a mitad de la carrera, tirar fuerte y poner distancia entre él y sus rivales. Su proeza destaca más aún, entre otras cosas, porque nunca antes, ni en 125cc ni en 250cc había ganado en el circuito portugués. Lorenzo estuvo secundado en el podio por Dani Pedrosa, 2º y Valentino Rossi, 3º.

Doble podio español con victoria de Stoner

El campeón del mundo Casey Stoner empieza el Mundial como terminó en 2007, con victoria, mientras Jorge Lorenzo debuta con un segundo puesto, por delante de Dani Pedrosa, tercero, firmando el podio más joven de la historia en MotoGP. Rossi acaba quinto en la noche qatarí, por detrás de Dovizioso.



El campeón del mundo en título, el australiano Casey Stoner (Ducati Desmosedici GP8) ganó con autoridad la primera cita de la temporada 2008, al imponerse en el Gran Premio de Qatar de la cilindrada por delante de los españoles Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) y Daniel Pedrosa (Honda RC 212 V).

Precisamente Daniel Pedrosa fue el primer líder de la carrera al realizar una muy buena salida, en la que Jorge Lorenzo no estuvo tan avezado a pesar de practicarla en varias ocasiones durante los entrenamientos, pero no era excesivamente preocupante, ya que la prueba no había hecho más que comenzar y difícilmente alguien iba a poder escaparse en los giros iniciales.

En las cuatro primeras vueltas fue Daniel Pedrosa el encargado de marcar el ritmo de sus competidores, secundado muy de cerca por Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), que se llevó tras su estela a su compañero de equipo Lorenzo y también al campeón del mundo Casey Stoner, con el italiano Andrea Dovizioso (Honda RC 212 V) y el británico James Toseland (Yamaha YZR M 1) en el mismo grupo pero algo más atrás.

Hubo algunos cambios en cabeza de carrera, con tentativas de Rossi de escaparse y hasta de Lorenzo, que hizo un exterior a sus rivales para situarse líder, pero fue efímero, ya que enseguida volvió al liderato Valentino Rossi, quien dio la impresión de querer ganar a las primeras de cambio, pero lo cierto es que no pudo y tras superarlo por velocidad máxima Stoner, el panorama de carrera cambió radicalmente.

Stoner pegó un fuerte tirón y buscó abrir un hueco, pero como si de un resorte se tratase, enseguida superó Lorenzo a Rossi para ir en pos de Stoner, que fue el único que pudo aguantar su ritmo, si bien fue solo durante algunas vueltas ya que a ritmo de vuelta rápida el campeón del mundo ejerció como tal y acabó abriendo un hueco que resultó definitivo en sus aspiraciones de lograr la primera victoria del año.

Consolidado Stoner en la primera plaza, Jorge Lorenzo completó una actuación sensacional para garantizarse la segunda plaza, en tanto que por la tercera se produjo una pelea inicial entre Daniel Pedrosa, Valentino Rossi, su compatriota Andrea Dovizioso (Honda RC 212 V), el británico James Toseland (Yamaha YZR M 1) y el estadounidense Colin Edwards (Yamaha YZR M 1), que fue el primero en irse quedando descolgado.

Pero el siete veces campeón del mundo no acertó en esta ocasión y fue perdiendo fuelle ya que dejó escapar a Stoner y Lorenzo, poco después le sucedió lo mismo con Pedrosa, que se garantizó la tercera plaza, y acabó peleando por la cuarta con Dovizioso y Toseland.

Las últimas vueltas no tuvieron mayor interés que precisamente éste, saber si Rossi sería capaz de aguantar los ataques de Andrea Dovizioso, que acabó doblegando al siete veces campeón mundial por escasamente diecisiete milésimas de segundo para concluir quinto el primer gran premio de la temporada, lo que sin duda es un resultado lejos de sus aspiraciones iniciales.

El tercer y último español de la cilindrada no pudo estar al mismo nivel que Lorenzo y Pedrosa, pues Toni Elías navegó casi siempre en posiciones muy retrasadas y sólo pudo lograr una decimocuarta plaza como mejor resultado.

NBA - El Este gana el partido de las Estrellas

Puede que la Conferencia Oeste sea más fuerte, y favorita a la hora del anillo, pero es no le garantiza el triunfo en el All-Star Game. Gracias a Ray Allen y al MVP del partido, LeBron James, el Este ha terminado ganando por134-128 en la edición 57 disputada en Nueva Orleans.





Pese a que el MVP del partido fue LeBron James, el héroe sin discusión fue Ray Allen: no solo se convirtió en el máximo encestador del partido y del equipo al conseguir 28 puntos, sino que logró los decisivos; los últimos cinco en los 15 segundos finales del encuentro y los tres triples consecutivos con 3:15 para concluirlo.

El entrenador del equipo del Este, Doc Rivers, que conoce a la perfección a Allen, ya que lo tiene bajo su dirección con los Celtics de Boston, hizo el movimiento perfecto en la recta final del partido después que el Oeste se hubiera puesto por delante en el marcador con parcial de 114-112 y 5:33 por jugarse.

Ahí fue cuando Allen surgió con sus mejores tiros y se iba a convertir en la gran estrella del equipo y el jugador que hizo posible la victoria para el Este, que llegó a las 35 en los 57 Partidos de las Estrellas que se han disputado.

Allen jugó sólo 19 minutos, pero anotó 10 de 14 tiros de campo y 3-5 desde la línea de personal, capturó dos rebotes, recuperó dos balones y dio una asistencia.

Cuando todo el mundo pensaba que el premio de Jugador Más Valioso (MVP) iba a ser para él, al final, se lo quedó James, la estrella de los Cavaliers de Cleveland, que había llevado el peso del equipo durante todo el partido con una aportación de 27 puntos, nueve asistencias y ocho rebotes.

James, en su línea de acciones individuales, siempre superó a la defensa del equipo del Oeste, y ayudó junto con el flamante campeón del Concurso de Mates, el pívot de los Magic de Orlando, Howard, a conseguir un parcial de 74-65 cuando se fueron los equipos al descanso.

La falta de aportación del escolta Kobe Bryant, de Los Ángeles Lakers, que salió sólo dos minutos como titular, para luego ser retirado por el entrenador Byron Scott, que no quiso que corriese riesgo con el dedo meñique de la mano derecha, lesionado, se notó demasiado.

Howard, que al descanso había logrado 12 puntos, concluyó el partido con 16, nueve rebotes, tres asistencias y recuperó tres balones. Tal vez, sabiendo que iba a jugar su último Partido de las Estrellas con el equipo de la Conferencia Este, el veterano base Jason Kidd, su traspaso a los Mavericks de Dallas de los Nets de Nueva Jersey está ya cerrado, hizo lo que mejor sabe hacer y dar pases de anotación con 10 asistencias, cuatro rebotes y cuatro recuperaciones de balón, que fueron decisivas.

El escolta Dwyane Wade, de los Heat de Miami y el alero Chris Bosh, de los Raptors de Toronto, aportaron 14 puntos cada uno, mientras que el alero Paul Pierce, de los Celtics, compañero de Allen junto con Garnett en el "Big Three" de Boston, logró 10 tantos para ser el sexto jugador que anotó en doble dígitos.

El equipo de Oeste, sin Bryant, no tuvo a ningún jugador que pudiese protagonizar el "Showtime", que había tenido el Este con James, pero también consiguió que seis jugadores lograron doble figura en los tiros a canasta, con tres que llegaron a los 18 puntos.

El alero Carmelo Anthony, de los Nuggets de Denver; el escolta Brandon Roy, de los Trail Blazers de Portland y el pívot Amare Stoudemire, de los Suns de Phoenix, fueron los que se apuntaron en su haber los 18 puntos.

Mientas que el base Chris Paul, el héroe local de los Hornets de Nueva Orleans, fue el que acaparó todo el protagonismo al conseguir un doble-doble de 16 puntos y 14 asistencias, con tres rebotes y cuatro recuperaciones de balón.

El alero Carlos Boozer, de los Jazz de Utah, con 14 puntos y 10 rebotes, también confirmó el gran momento por el que atraviesa en la presente temporada, mientras que el alemán Dirzk Nowitzki iba a conseguir 13 tantos para no tener su mejor inspiración en los tiros a canasta (5 de 14).

Tampoco estuvo brillante el alero Tim Duncan, de los Spurs de San Antonio, que se quedo con sólo cuatro puntos (2-7 tiros de campo); el pívot chino Yao Ming, de los Rockets de Houston, en 14 minutos de acción se quedó con seis tantos y cinco rebotes y el base Allen Iverson, de los Nuggets, que estuvo muy lejos de ser el Kidd en el Oeste.

En la misma línea estuvo el base canadiense Steve Nash, que se quedó con sólo ocho puntos y repartió seis asistencia, sin que pudiese nunca imponer su ritmo en el juego del equipo del Oeste.

Al final el partido no generó ningún tipo de emociones especiales ni tampoco graciosos ya que el gran animador de las estrellas durante los últimos 14 años, el pívot Shaquille O'Neal, de los Suns, estuvo sentado y viéndolo sin ningún interés entre los aficionados.

Ficha técnica:

134 - Conferencia Este (34+40+32+28): Kidd (2), Wade (14), Howard (16), James (27), Bosh (14) -cinco inicial-, Allen (28), Billups (6), Hamilton (9), Wallace (3), Johnson (3), Pierce (10) y Jamison (2)-

132 - Conferencia Oeste (28+37+28+35): Iverson (7), Bryant (-), Ming (6), Duncan (4), Anthony (18) -cinco inicial-, Roy (18), Paul (16), Nowitzki (13), Stoudemire (18), Nash (8), Boozer (14) y West (6).

Árbitros: David Jones, Michael Smith, Eddie F. Rush. No hubo eliminados por faltas personales.

Incidencias: Partido de las Estrellas disputado en el New Orleans Arena, de Nueva Orleans, ante 16.271 espectadores.